miércoles, 24 de septiembre de 2008

La Ética Profesional en los Trasplantes de Órganos



Sesión VII
28 de Octubre, 2008


“El complejo proceso que supone el realizar un trasplante de órganos”


Objetivo general:
Conocer los Principio Básicos de Ética aplicados a cualquier trasplante de órgano.

Contenidos:
1.- La Ética en los trasplantes de órganos
2.- Principios Básicos que se aplican
3.- Aspectos Éticos-Legales relativos a los trasplantes de órganos
4.- Muerte Cerebral. Concepto

Lecturas recomendadas
1.- “La Libertad”. Capítulo 2
2.- “El Placer”. Capítulo 7
3.- “La Sociedad”. Capítulo 10
4.- “Manipulación de la Verdad”. Capítulo 11
Las lecturas las encontrarás en el libro:

“Ética Razonada”. Autor: José Ramón Ayllón
Libros: mc. Ediciones Palabra, S.A.
Paseo de la Castellana, 210 28046 Madrid

Contesta a las siguientes preguntas
1.- ¿Qué importancia tiene desde el aspecto Ético una información basada en la “Verdad”. ¿A qué Principios Éticos afecta?

2.- ¿La libertad es un valor máximo? Razónalo. Artículo de José Antonio Marina. He añadido una entrada con este artículo para que te sea más fácil leerlo.

3.- Relación entre Placer y Razón. Su importancia en la Ética aplicada a los Cuidados.

Desarrollo de la Sesión
Los trasplantes de órganos en el Estado Español se rigen por Principios Éticos y Legales de: voluntariedad, altruismo, gratuidad, anonimato y equidad. En el donante vivo el anonimato no suele ser posible pues donante y receptor están unidos por vínculos genéticos y emocionales.

La Ética en los Trasplantes de Órganos

Un artículo de Rafael Badenes Catalá que podéis leer en la siguiente página.
http://donacion.organos.ua.es/info_sanitaria/viure_en_salut/etica.htm

El texto se aportará a la clase presencial para su lectura y comentarios. En este artículo se contienen los puntos a tratar en esta Sesión referentes al Trasplante de Organos y su relación con la Ética.

El complejo proceso médico que supone la realización de un trasplante, con un relativamente elevado número de personas afectadas, implica la aceptación y seguimiento de una serie de principios éticos. La autonomía de la persona, la justicia y el no hacer daño y hacer el bien, son principios éticos que deben de ser respetados en cualquier trasplante.

Muerte Cerebral. Concepto.
A diferencia del concepto de enfermedad, el concepto de muerte no puede determinarse exclusivamente por criterios médicos. La muerte debe ser definida como la pérdida irreversible de la función del organismo humano como un todo. Este es un concepto biológico que presupone e implica la pérdida irreversible de la consciencia y la capacidad de reacción (aconsciencia y arreflexia), la pérdida irreversible de la capacidad de respirar (apnea) y, por tanto, de mantener un latido cardíaco espontáneo (asistolia).
La parada cardíaca, que es el criterio válido de estado de muerte, tiene evidentes limitaciones con respecto al mejor mantenimiento de los órganos del donante, que se da en las extracciones de donantes en estado de muerte cerebral.
Desde la aparición de áreas de Cuidados Intensivos en los hospitales, y gracias al empleo de máquinas de respiración controlada, hay muchos pacientes que sin estar en situación de parada cardíaca, tienen un fallo o parada cerebral irreversible, equivalente también al concepto de muerte. No obstante, un paciente sin perder el aliento y con su corazón latiendo, parece que está vivo aún, lo que hace establecer el criterio nuevo de que es el cerebro, y no el corazón, el órgano crítico cuyo fallo irreversible define la muerte.
Este concepto de muerte cerebral permite la adopción de dos actitudes actualmente muy importantes: el cese de las maniobras de reanimación o la donación de órganos para trasplante.
Surge ahora la necesidad de determinar claramente las lesiones totales e irreversibles del encéfalo (cerebro y tronco cerebral) para definir el estado de muerte cerebral, equivalente al estado de muerte total. Con este diagnóstico procederemos a la desconexión del paciente de las máquinas de reanimación y a su inhumación, previa donación de órganos para trasplante, o no.

En 1968 apareció el primer protocolo diagnóstico elaborado por el Comité de la Universidad de Harvard (se conoce como el Informe Harvard) con la enumeración de los criterios del "coma irreversible" (sinónimo de muerte del encéfalo y por tanto de muerte del individuo). Los requisitos para que se cumpliera el "coma irreversible" eran: ausencia de respuesta cerebral a cualquier estímulo, ausencia de movimientos espontáneos o inducidos, ausencia de respiración espontánea y ausencia de reflejos tendinosos profundos y del tronco cerebral. Era necesaria también la presencia de un EEG plano y la exclusión de condiciones de hipotermia y de intoxicación de fármacos. Con estos datos se creó el término de "muerte cerebral" (brain death, de los anglosajones).
Este concepto de muerte cerebral no obstante no se valida con el EEG plano, sino que se realiza exclusivamente por procedimientos clínicos. En 1971 Finlandia fue el primer país en aceptar los criterios neurológicos para el diagnóstico de la muerte.
Basta el diagnóstico de muerte irreversible del tronco del encéfalo para inferir la muerte del encéfalo como totalidad y, por tanto, la muerte del ser humano. En julio de 1981 la Comisión nombrada por el Presidente de los Estados Unidos para el Estudio de problemas Éticos en Medicina y para la Investigación Conductual elaboró un informe en el que se afirma: "Está muerto un ser humano al que ha sobrevenido, bien una interrupción irreversible de las funciones respiratorias y circulatorias, bien una interrupción irreversible de las funciones cerebrales. La determinación de la muerte ha de ser hecha de acuerdo con los estándares médicos establecidos". Se constituyó así una base sólida para aceptar y comprender esa nueva forma de morir, a la vez que se estableció que la muerte se puede definir y determinar por criterios diagnósticos estrictamente neurológicos.
En la mayoría de los países se acepta hoy que, desde el punto de vista médico y legal, la muerte del encéfalo es equivalente a la muerte del ser humano como conjunto. Lo importante es comprender que en ningún caso el hecho crucial para la definición de muerte radica en la parada cardíaca. http://www.aceb.org/traspl.htm


El complicado proceso en el mundo de la salud que supone llevar a cabo un trasplante, con un elevado número de personas afectadas y colectivos interdisciplinares, implica la aceptación y seguimiento de una serie de principios éticos:
1.- La autonomía de la persona
2.- El no hacer daño
3.- Hacer el bien
4.- La justicia
5.- De Necesidad (el más moderno)

Son principios éticos que deben ser respetados en cualquier trasplante de órgano por complicada que sea la trama.

1.- Autonomía de la persona en la toma de decisiones.
Respeto absoluto a la voluntad de la persona, el respeto al ser humano en sí mismo y las decisiones que haya tomado. La voluntad de la persona, tanto si vive como si ha fallecido, se documenta y se tiene en cuenta. Será la familia, en caso de fallecimiento, quien nos documente que no hay manifestación en contra, demostrando de esta forma que se está a favor de la donación. Así otras personas se beneficiarán y podremos hacer un bien. Se cumple así otro de los principios éticos. Hacer el bien.
2.- No hacer daño (no maleficencia)
Uno de los principios éticos más antiguos y preceptivo en todas las actuaciones del campo de la salud. Tres médicos que no forman parte del equipo confirman la muerte de la persona en el caso de un fallecido destinado como posible donante (marco legal).
3.- Justicia
El proceso conlleva un marco legal. Destacamos la actuación ética en cuanto a la distribución de los órganos o a quién se va a trasplantar, para lo cual se necesita que la adjudicación sea con arreglo a criterio médicos de máxima efectividad del trasplante y siguiendo protocolos que sean siempre verificables y que demuestren el porqué se ha trasplantado a un paciente y no a otro, teniendo en cuenta que la escasez de órganos es el verdadero factor limitante del número de trasplantes. Justicia equitativa sin más elementos condicionantes que los médicos.
4.- Hacer el bien (Beneficencia)
Principio último y finalidad a conseguir con el proceso. Hacer el bien a otras personas, que puede variar desde seguir viviendo ante la necesidad de un órgano vital, corazón, pulmones, hasta cambiarle la vida con un trasplante renal. El beneficio va implícito en la acción, pues para ello se procede al trasplante.
5.- El derecho a ser informado
El beneficiario, o la persona que se va a trasplantar, en este caso, debe ser informada de los beneficios que puede obtener con el trasplante y de los inconvenientes que puedan surgir. A este proceso se le llama Consentimiento Informado. Documento que se informará tras una información completa, detallada y comprensible con la particularidad de que podrá renunciar a lo firmado en cualquier momento, cerrando así el proceso y respetando los criterios bioéticos que nos han ocupado en el proceso, respetando el de autonomía de las personas en la toma de decisiones ante los procedimientos que e van a llevar a cabo, y aplicable a todo proceso de Cuidados Médicos y Enfermeros.
6.- Atención Personalizada
Atendiendo las características personales de cada familia y cada caso en particular.





¡Feliz semana y buen trabajo!